Por Raymundo León
Tras señalar que Baja
California Sur tiene una de las economías más pequeñas del país porque su
Producto Interno Bruto es de 119 mil millones de pesos, lo que no representa ni
el uno por ciento nacional, el secretario de Desarrollo Económico, Rodrigo
Guerrero Rivas, sostuvo que hay que cambiar el modelo económico de la entidad.
Explicó que hay tres grandes
políticas de enlace en el modelo económico que impulsa la actual administración
estatal, las cuales se reflejan en el Plan Estatal de Desarrollo.
El programa de proveeduría
interna que pretende hacer una conexión entre las asimetrías intersectoriales, aprovechando
la gran demanda de productos agroalimentarios y textiles que hay en el sur del
estado para que sean abastecidos internamente.
Un programa que trata de
distribuir mejor la actividad económica por vocaciones regionales, bajo la
consideración de que Baja California Sur no es un estado homogéneo en atributos
económicos, de competitividad, potencialidades y ventajas comparativas.
Y el fortalecimiento del mercado
interno; trabajar con nuevas leyes que
tienen que ver con la competitividad.
Expresó que un punto
fundamental para mejorar la competitividad del estado es el nuevo marco legal
presentado por el ejecutivo estatal, como la Ley de Fomento Económico y
Competitividad que es muy diferente al que se tenía, pues este cuenta con
estímulos fiscales y no fiscales.
Señaló que la pasada ley sólo
tenía un estímulo que además era ineficaz, tanto así que ninguna empresa
asentada en el estado se benefició con él, porque se limitaba a una reducción
parcial de contribuciones en medio de una exagerada cantidad de trámites para
conseguirlo.
Dijo que otro aspecto
importante es que en el Consejo Consultivo de Inversión Interna se va a
integrar un asiento para el sector empresarial con el propósito de que
participen en la toma de decisiones.
Refirió que hay estados como
Puebla, Jalisco y Sinaloa que tienen marcos legales muy agresivos para atraer
inversiones porque ofrecen terrenos y muchos estímulos, “pero nosotros no quisimos
ser como ellos porque tampoco queremos arriesgar la salud financiera y fiscal
del estado”.
Expresó que el Plan no tiene
una meta, sería muy aventurado hacerlo, pero sí busca que los indicadores se
manifiesten hacia adelante.
Puntualizó que en la competencia
por las inversiones, además de los estímulos hay temas colaterales como los
ambientales, de competitividad, de certidumbre, y tramitológicos que dan o
quitan motivación a los empresarios.
“Baja California Sur tiene
ventajas porque el ambiente de inversión está complementado por una serie de
factores que otros estados no tienen. En Nuevo León tienes que competir con los
empresarios más grandes del mundo, aquí hay una condición un poco virginal en
términos de proyectos, lo que es un atributo para la inversión”.
Rodrigo Guerrero dijo que a
pesar de que la transportación de productos al estado es cara, hay una fuerte
compra en el exterior, por lo que hay que convertir el aislamiento del estado
en una ventaja a través de la producción local con índices correctos de
productividad y precio.
“Ahorita no podemos competir
porque las economías de escala no nos dan, pero con el programa de proveeduría
interna podemos darle vuelta a la tortilla”.
El secretario de Desarrollo
dijo que el estado requiere más infraestructura como carreteras, parques
industriales y fuentes de energía para poder atraer inversiones y por eso son
importantes las asociaciones público privadas, pues con una buena mezcla de
recursos se puede disponer de obras a corto plazo y no esperar a que el
gobierno las haga dentro de 30 años.
Destacó el tema de la energía,
pues mientras no se tenga un esquema de generación más eficiente y económico no
se saldrá adelante.
Dijo que el Plan Estatal de
Desarrollo por primera vez incorpora un programa estatal de generación de
indicadores de desempeño económico en gestión y resultados, pues como afirma el
gobernador Carlos Mendoza Davis “lo que no se puede medir no sirve o no se
puede mejorar”.
Puntualizó que se está en un
momento en que las políticas públicas ya no pueden dejarse a la opinión
subjetiva o de visibilidad de los propios gobiernos, por lo que el Plan
contempla un sistema cuantitativo de medición que habrá de indicar si las cosas
se están haciendo bien o no.
Radiografía económica de BCS
El secretario de Desarrollo
señaló que Baja California Sur tiene una de las economías más pequeñas del
país, con un Producto Interno Bruto de
119 mil millones de pesos que no representa ni el uno por ciento a nivel nacional.
Expresó que el 2014 fue
“mortal” para el estado porque cerró con menos dos por ciento del PIB por la
recesión mundial y los efectos del huracán “Odile”, fenómeno que sin embargo
fue un detonante de “post guerra” para la economía local, pues con el apoyo
oportuno del gobierno federal en 2015 hubo una recuperación y cerró con 1.5 por
ciento positivo.
Estimó que 2016 pinta bien y
se espera un cierre por arriba del 2 por ciento, “porque creemos que con la
operación de estos programas de proveeduría y selección de inversiones por
regiones habrá una mejoría”.
Expresó que los inversionistas
perciben a Baja California Sur como un estado más ordenado en términos de
planeación económica y de mayor certidumbre y si a eso se le agrega el paquete
de leyes que tienen que ver con la competitividad, la mejora regulatoria y la
asociación de inversiones público privadas se está hablando de un escenario muy
diferente al que se tenía.
En materia de empleo el estado
está por arriba de la media nacional y por abajo en términos de desempleo, con
una acotación, la población y densidad demográfica de Baja California Sur
comparada con la de otras entidades es muy baja por lo que cuando aquí se habla
de un desempleo abierto del cinco por ciento, en otros lugares ese porcentaje
es un monstruo.
Baja California Sur tiene dos
factores inflacionarios que otros estados no tienen, el transporte por
aislamiento y la homologación del Impuesto al Valor Agregado, por lo que su
inflación está arriba de la media nacional en 1.5 o dos puntos.
Hace un año La Paz era la
tercera ciudad más cara del país, después de Ciudad Acuña y Tijuana, por lo que
es necesario, insistió el funcionario, en hacer mercado interno, para no
depender de lo que se trae de fuera, y convertir de paso el aislamiento en una
ventaja.






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