viernes, 19 de agosto de 2016

La tarea de Enrique Ochoa en BCS

Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del PRI

Por Raymundo León Verde

La visita este viernes de Enrique Ochoa Reza, nuevo dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), despierta sin lugar a dudas una gran curiosidad para ver si es capaz de unificar a un partido que a todas luces se encuentra divido, no de ahora, sino prácticamente desde que perdió la gubernatura en 1999, a manos del ex priista Leonel Cota Montaño.
Hoy las huestes de Ricardo Barroso Agramont y de Isaías González Cuevas mantienen al PRI en conflicto, no mencionamos a las de Esthela Ponce Beltrán, porque están ocupadas en el quehacer de defenderse de las acusaciones que pesan en su contra, luego de que la administración de Armando Martínez Vega ha presentado denuncias de malos manejos administrativos y financieros en el ayuntamiento de La Paz tanto de recursos municipales como federales.
Hemos mencionado en otras ocasiones que la transición política de Baja California Sur que puede presumirse como democracia, en realidad es ficticia, una guerra de intereses particulares y de grupo sobre los colectivos de lo que en otro tiempo fue el partido hegemónico en el estado.
Una transición caracterizada por el trapecismo político y que refleja claramente que en esta entidad la disciplina partidista en todos los institutos políticos o no existe o es muy frágil. Muchos actores de la vida política del estado no dudan en cambiarse de camiseta de un día para otro con tal que conseguir sus objetivos y de los grupos que los representan. Por eso se dice que aquí la gente vota por las personas y los grupos, no por los partidos, y eso es una realidad.
Empero, ese no es un escenario propio del estado, es un reflejo nacional, donde los priistas como Andrés Manuel López Obrador y muchos otros se volvieron perredistas y luego lo que sea con tal de mantenerse en la jugada política.
Esa falta de disciplina partidista, de trapecismo político, de ambiciones personales y de grupo sobre el interés colectivo tiene al PRI en crisis desde hace casi dos décadas y la última elección local, pues qué decir, el peor de sus resultados en todos estos años, de plano el PAN casi los borró del mapa político, bueno, también a los partidos de izquierda y demás.
No ganar ninguna de las presidencias municipales, ni siquiera retener las presidencias municipales de La Paz y Loreto, y conseguir sólo una diputación de 16 de mayoría hablando de elecciones locales, pues no es para presumir. Errores, los hubo y muchos, pero en el fondo como en otras ocasiones, el principal, es el divisionismo que prevalece en ese instituto político.
La última escenita del PRI en la que por instrucciones del senador Ricardo Barroso Agramont quiso imponer a un dirigente en el Comité Municipal de Comondú, y la obvia molestia de las huestes de Isaías González Cuevas son una muestra de que en ese partido no hay mucha disciplina, aunque claro que en ello contribuye el desorden que hay a nivel nacional, en que muchos comités estatales y municipales no se han renovado en  tiempo y forma.
La participación del delegado del CEN del PRI, Héctor Guevara, como apagafuegos finalmente evitó que se consumara la imposición y con ello que el divisionismo explotara a otros niveles como toma de edificios y demás, recordando aquella etapa en la que hubo dos dirigencias del PRI en el estado, la oficial y la alternativa encabezada por las huestes de la CROC, cuyo propósito de lograr la dirigencia estatal no es nueva.
En fin, el hecho es que Enrique Ochoa Reza llega este viernes al estado, en particular a La Paz, para encabezar algunos eventos donde seguramente estarán presentes los grupos antagónicos, juntos, pero no revueltos, por lo que en la tarea del dirigente nacional del PRI no bastara el discurso de unidad, pues a palabras vanas oídos sordos. Tendrá que confrontar los grupos y lograr acuerdos y equilibrios, para evitar el fuego amigo.
Se requiere que el PRI nacional realmente fije su mirada en Baja California Sur, de lo contrario, su perspectiva no es nada buena hacia las elecciones del 2018 con todo y que en ella se empatará la elección presidencial que seguramente tendrá efectos sobre los electores.


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