A la violencia contra la mujer le han llamado la otra pandemia además del Covid-19, pero es peor porque esta última la genera un virus, pero la primera la generamos todas y todos, por lo que es necesario adoptar nuevas formas de ser hombres y mujeres, de respeto entre géneros, con los mismos derechos y oportunidades, a través de cambios de fondo en la cultura y la educación, afirmó la directora general del Instituto Sudcaliforniano de las Mujeres (ISM), Imelda Montaño Verduzco.
Manifestó que desde el año pasado las mujeres
atraviesan una situación muy complicada por la pandemia y la violencia intrafamiliar,
pero que no se refleja en las estadísticas de denuncia porque los agresores
están en casa y eso limita sus posibilidades de salir a interponer sus quejas.
Puntualizó que la violencia contra las
mujeres en Baja California Sur existe y es latente, principalmente en los
municipios de La Paz y Los Cabos que son los que concentran mayor población,
pero la pandemia del Covid-19 y el confinamiento frenaron las denuncias.
Dijo que cada semana el C-4 hace un reporte
de las llamadas de auxilio que recibe por parte de mujeres en situación de violencia,
pero con la pandemia del Covid-19 disminuyó la estadística porque los agresores
se encuentran en casa y las mujeres tienen más dificultades para salir a
denunciar.
Explicó que la violencia contra las mujeres
radica en la cultura y educación que se viene arrastrando en México por generaciones,
una cultura patriarcal y machista con la que se educa a hombres y mujeres.
Explicó que el machismo no es exclusivo de hombres,
también hay “mujeres machistas” porque sólo les enseñaron esa forma de ser,
pero gracias a las corrientes feministas es que las mujeres hoy tienen oportunidad
de reclamar y conseguir igualdad de derechos, así como tomar parte en las decisiones
importantes de la sociedad.
Expresó que hay quienes califican el feminismo
como el machismo a la inversa, pero no es así, el machismo es algo que incluso
ha provocado que los hombres pierdan derechos que van más ligados a los sentimientos
como una mayor convivencia con sus hijas e hijos, y los etiqueta como proveedores
todo el tiempo.
Eso es cultura machista, ahora estamos hablando
de compartir roles y a través de la educación se puede acceder a nuevas formas de
convivencia, y que tanto el padre como la madre puedan hacer las mismas cosas
en el interior de las familias, a trabajar en equipo con las hijas y los hijos,
comentó.
La licenciada en psicología con maestría en educación,
Imelda Montaño, explicó que el Instituto que dirige tiene diversos programas, destacando
los tres que trabajan en conjunto el estado y la federación, y repercuten en
favor de los cinco municipios de Baja California Sur.
El programa de prevención de la violencia
que consiste en la realización de cursos y talleres que se otorgan a instituciones
de gobierno y entidades representativas de la sociedad que generen educación
contra la violencia.
Dijo que ella es de la idea de que el
sistema educativo integre en sus planes de trabajo y programas de estudio, así
como en los libros de texto de todos los niveles, una educación con perspectiva
de género.
El otro programa es de atención a la violencia,
para lo cual las mujeres pueden acudir a las instalaciones del ISM, ubicadas entre
las calles Aquiles Serdán y Rosales de la ciudad de La Paz; los módulos fijos
de otros municipios; o los módulos itinerantes que recorren las poblaciones y
rancherías dispersas en el estado.
Precisó que en dichas instalaciones las
mujeres reciben atención psicológica, jurídica y de trabajo social, indicando
que si existe un problema que el Instituto no puede resolver lo canaliza a la
dependencia que corresponde.
Puntualizó que para los casos de violencia
extrema, cuando la vida de la mujer está en riesgo, se cuenta con un refugio
que atiende a la persona y a sus hijas e hijos, destacando que el año pasado
lograron rescatar con este programa a 23 mujeres.
Dijo que también cuenta con un programa de
empoderamiento económico, que consiste en el otorgamiento de créditos con el apoyo
del DIF estatal en la capacitación de las emprendedoras para que los proyectos
tengan éxito.
Expresó que este programa estaba limitado a
mujeres en situación vulnerable, pero con el impulso del gobernador Carlos Mendoza
se abrió a todas las emprendedoras mayores de 18 años, destacando que se ha
dado apoyo a más de mil personas.
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