jueves, 26 de mayo de 2022

Sequía, turismo y sobrepoblación generan estrés hídrico en BCS

 

 




Por Raymundo León

 

Baja California Sur padece estrés hídrico severo porque es el estado más árido del país, además de que ha prevalecido la escasez de lluvias en los últimos años, el aumento de la población por el desarrollo turístico, y la falta de cobertura universal en los servicios de agua potable y saneamiento, señaló la doctora María Z. Flores López, responsable de la carrera de gestión y ciencia del agua de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS).

La especialista, quien pertenece al departamento académico de ciencias de la tierra, explicó que este estado de 798 mil 447 habitantes (INEGI 2020) se encuentra en una franja alrededor del planeta que se denomina “cinturón de los desiertos”, donde el régimen de lluvias es muy escaso; pero además enfrenta la incertidumbre del clima con relación al impacto de los ciclones tropicales y las sequías.

Manifestó que todo el territorio estatal padece desabasto de agua potable en mayor o menor medida, pero sobre todo los municipios de Loreto, La Paz y Los Cabos.

Estos dos últimos, dijo, cuentan con un sistema de tuberías colapsado, por lo que el 40 por ciento del recurso se pierde en filtraciones; además ambos requieren un “reordenamiento territorial urgente” porque la población aumenta, pero el suministro de agua no está garantizado en los próximos 20 años.

Explicó que en estas demarcaciones, así como en Loreto, se maneja un esquema de “tandeo” para distribuir el líquido, y en zonas donde no hay cobertura de la red se recurre al abasto con pipas, “lo que representa un negocio impresionante”.

La investigadora consideró que las autoridades han establecido planes de manejo y estrategias para resolver los problemas del agua en Baja California Sur, pero se requiere más financiamiento para monitorear las lluvias, instalar estaciones climatológicas, construir infraestructura hidráulica para detener el agua en la parte alta de las cuencas y propiciar la recarga de los acuíferos, ya que es una pena que no se aproveche el agua de lluvias y los escurrimientos desemboquen en el mar.

Aseveró que también falta cultura del agua y contar con personal capacitado que esté al frente de las decisiones sobre los temas hídricos, que conozca las cuencas y los acuíferos sudcalifornianos.

Comentó que la desalinización de agua de mar es una alternativa para resolver los problemas de abasto en el estado, pero tiene sus “bemoles”.

En el sistema mexicano, explicó, tendemos a tecnologías y procesos que son demasiado específicos y complejos, por lo que no se garantiza que se mantengan a lo largo de los años, es decir, comienzan bien, pero después surgen los problemas de presupuesto para seguirlos operando.

Señaló que la desalinización es un tema delicado porque el estado se encuentra rodeado por el Océano Pacífico y el Golfo de California, con una biota y ecosistemas muy frágiles y vulnerables, por lo que no se han hecho estudios del impacto que tendría la salmuera.

También, dijo, hay que contemplar la inversión en energía que conlleva este tipo de plantas potabilizadoras, porque Baja California Sur no es autosustentable en materia energética.

En cuanto a las presas ubicadas en Baja California Sur, advirtió que se encuentran azolvadas y no operan hidráulicamente al cien por ciento.

De acuerdo al boletín meteorológico de Conagua para BCS, a mediados de mayo, las presas La Palma, General Agustín Olachea Avilés, Buena Mujer, Alberto Andrés Alvarado Arámburo, Ihuagil y San Lázaro tenían almacenados 26.6 millones de metros cúbicos de agua, de un total de 52.7 millones, lo que representa el 48.6 por ciento.

San Lázaro se encontraba al 100 por ciento de capacidad, pero Ihuagil estaba en cero.

La catedrática precisó que Baja California Sur cuenta con 39 acuíferos, la mayoría sobreexplotados, sobre todo el de La Paz que en 2020 tuvo un déficit de 7.8 millones de metros cúbicos, por lo que ya no se deben otorgar más concesiones de extracción.

Si Baja California Sur continúa con el actual esquema depredador del agua se llegará a un estado de “no retorno”, lo que significa que el tandeo de agua ya no sería llevadero y se pondría límite a las actividades turísticas y de recreación, advirtió.

“Nadie sabe en qué año va a suceder, no conocemos nuestros almacenamientos con exactitud, pero lo que sí podemos asegurar es que si seguimos en el mismo esquema de no concientizar a la población, de no tener otro modelo agrícola más sostenible con el medio ambiente, de que el ordenamiento territorial sea una realidad para La Paz y Los Cabos, y que existan mayores datos de las cuencas y los acuíferos, si eso no mejora de aquí a 20 años, el escenario será desolador”, puntualizó.

El agua es estratégica para BCS



El Programa Hídrico Regional Península de Baja California (2021-2024), publicado recientemente, precisa que esta entidad tiene una precipitación promedio menor a los 200 mm por año.

El clima es seco desértico en las partes bajas; la temperatura máxima sobrepasa los 40°C en verano y la mínima, menos de 0°C en invierno; sólo en la región de Los Cabos el clima es cálido sub-húmedo, influido por los ciclones tropicales en el periodo de mayo a noviembre.

No existen ríos importantes que tengan flujos superficiales de forma permanente, sino arroyos intermitentes, donde el agua escurre sólo en la época de lluvias. Debido a esta situación, el agua subterránea representa la única fuente confiable de agua para Baja California Sur.

Derivado de los foros del agua celebrados en los cinco municipios, el documento sostiene que el uso del agua debe ser considerado estratégico, pues de él depende la seguridad de la vida humana en esta entidad.

Advierte que “no tenemos más agua que la disponible en los acuíferos y estos han sufrido una sobreexplotación histórica que pone en riesgo la calidad del agua debido a la intrusión salina. Además padecen contaminación de diversa índole, principalmente por coliformes (por las descargas de aguas residuales), metales pesados (generalmente debido a la lixiviación de las explotaciones mineras y otros existentes de manera natural en el sustrato) y por agroquímicos”.

Señala que el uso de agua en Baja California Sur ha sido irresponsable e irracional, como si abundara y fuera infinita, lo cual es una percepción falsa.

Recomienda revertir esa tendencia y priorizar su uso humano equitativo, entendido como el uso doméstico basado en una distribución igualitaria, para lo cual será indispensable modificar desde los hábitos ciudadanos hasta la legislación estatal, así como las políticas públicas y las actividades económicas.

Esto en términos de un programa hídrico implica cuestionar la legitimidad de las concesiones y de los usos llamados públicos urbanos.

Precisa que el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) tiene contabilizados 5,151 títulos de concesión otorgados por el Ejecutivo Federal a través de CONAGUA y sus organismos de cuenca. De esos, 2,095 son múltiples; 1,280 pecuarios; 1,024 agrícolas, 468 de servicios; y 179 domésticos. Lo anterior representa una diferencia de 509 títulos concesionados que pudieran no estar operando en el mejor de los casos.

El documento expone que en la década de los noventas la agricultura sudcaliforniana alcanzó un máximo histórico de 75 mil hectáreas de cultivo, pero hoy en día debido a la limitante del agua y su sobreexplotación, apenas llega a las 40 mil.

Acuífero sobreexplotado y fugas en La Paz



El director general del Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de La Paz (OOMSAPAS), Mario Gálvez Gámez, señaló que el principal acuífero de este municipio tiene una capacidad de recarga de 28 millones de metros cúbicos al año, pero actualmente presenta un déficit de 8 millones que tiende a aumentar debido al crecimiento de la ciudad.

Mencionó que derivado de la sobreexplotación el acuífero cada vez está más profundo y hoy se encuentra 50 metros por abajo del nivel medio del mar, lo que provoca que el agua marina avance tierra adentro y degrade la calidad del agua potable.

Dijo que para abastecer esta ciudad de 250 mil 141 habitantes (INEGI 2020), cuentan con un sistema de 38 pozos conectados a través de acueductos a los acuíferos de La Paz, El Carrizal y Ejido Alfredo B. Bonfil, por lo que el suministro alcanza los 950 litros por segundo, lo que equivale a 200 litros diarios por habitante.

Precisó que la cobertura de la red alcanza el 96 por ciento de la mancha urbana, quedando un cuatro por ciento en manos del servicio de pipas del OOMSAPAS que lleva el agua a aquellas colonias que no tienen tubería, principalmente porque tienen problemas de tenencia de la tierra.

Puntualizó que La Paz tiene pérdidas del 25 por ciento en el servicio de agua por fugas en la red de distribución, y un porcentaje similar dentro de los domicilios, donde existe fuga o desperdicio, lo que se agrava porque no hay una contabilidad exacta del agua, ya que sólo se mide el 34 por ciento de las tomas y la mayor parte de los usuarios paga una cuota fija de 12 pesos por metro cúbico.

Ante estas circunstancias, la apuesta inmediata del ayuntamiento de La Paz y el organismo operador de agua es la sectorización de la ciudad, la identificación y reparación oportuna de fugas, una mayor medición y la concientización de la población para que use menos y mejor el recurso hídrico.

El directivo manifestó su preocupación por el agotamiento y degradación actual del acuífero de La Paz, el cual surte al OOMSAPAS de 25 millones de litros de agua al año, por lo que es necesario buscar fuentes alternativas, aprovechar las aguas superficiales generadas por las lluvias, construir presas y contemplar la posibilidad de plantas desalinizadoras.

Apuesta por la desalinización en Los Cabos



Los Cabos es el municipio más poblado de Baja California Sur con 351 mil 111 habitantes (INEGI 2020), pero además recibe más de tres millones de turistas cada año, lo que representa un desafío en materia de dotación de servicios públicos, pero en especial del agua potable.

Desde hace 15 años comenzaron con la apuesta por la desalinización de agua de mar, a través de una planta privada instalada en Cabo San Lucas.

El pasado 8 de abril, el Congreso del estado de Baja California Sur aprobó la ampliación de la planta que opera la empresa coreana Promaqua, la cual invertirá 1,641 millones de pesos para aumentar la producción de agua que vende al municipio de Los Cabos, de 200 a 605 litros por segundo, en un plazo de dos años.

Los Cabos, catalogado como un destino premier de turismo por la calidad de sus servicios turísticos y las tarifas más caras de México, padece un déficit de 400 litros por segundo, lo que provoca retrasos de varias semanas en el suministro del líquido a algunas colonias de Cabo San Lucas.

El director de Oomsapas Los Cabos, Ismael Rodríguez Piña, informó que esa demarcación tiene un crecimiento demográfico de 13 por ciento anual, por lo que la ampliación de la planta es una alternativa para resolver el faltante.

Explicó que junto con este proyecto se trabajará en la mejora integral de las redes de distribución de agua potable, a fin de que el agua que llega a los domicilios pase de 68 a 75 por ciento.

Precisó que el Oomsapas paga a Promaqua 29.04 pesos por cada metro que produce. La proyección, ya con la ampliación, es que en 2024 el costo se eleve a 29.98 pesos, por lo que se realizan estudios para determinar cuánto pagarán los usuarios domésticos y los desarrolladores turísticos para lograr un equilibrio financiero.

El 2 de mayo, el alcalde de Los Cabos, Óscar Leggs Castro, y el gobernador, Víctor Manuel Castro Cosío, firmaron el convenio modificatorio del proyecto de otra planta desalinizadora para ese municipio que producirá 200 litros por segundo. Esta obra fue aprobada por la legislatura anterior, pero quedaban pendientes algunos trámites con la federación que ya se retomaron.

Hasta marzo de este año el abasto de Los Cabos era de 1,050 litros por segundo, de manera que con las nuevas obras se espera llegar a 1,655 litros por segundo en 2024.


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