Los ferrys mueven el 90 por ciento de las mercancías que se consumen en BCS |
Por Raymundo León
La Paz, B.C.S. Debido a que Baja California
Sur se encuentra en una península
rodeada por el Golfo de California y el Océano Pacífico, el 90 por ciento de
las mercancías, medicinas y alimentos que se consumen en el estado se
transportan vía marítima desde el interior del país, informó el director
general de la Administración Portuaria Integral (API), José López Soto.
La Paz y Los Cabos, principales centros de
población de Baja California Sur, se encuentran a más de 1,600 kilómetros de
distancia de las grandes ciudades de Baja California y la frontera con Estados
Unidos, por lo que la travesía del Golfo de California es una mejor opción,
pues la separación con el macizo continental es de 200 kilómetros.
El año pasado los transbordadores movieron 3,051,497
toneladas de carga, un promedio diario de 8,300 toneladas.
El puerto de Pichilingue, ubicado a 20
kilómetros del centro de la ciudad de La Paz, es la principal puerta de entrada
y salida de productos a los puertos de Topolobampo y Mazatlán, Sinaloa, con 3,045,227
toneladas. El resto de la carga se mueve entre el puerto de Santa Rosalía,
localizado al norte del estado y Guaymas, Sonora.
En 2016 se embarcaron 187,722 vehículos con
carga entre el macizo continental y Baja California Sur, 67.28 por ciento en
Topolobampo, 31.89 por ciento en Mazatlán y 0.86 por ciento en Guaymas.
Entre los principales productos que entraron
a la península se encuentran 267,159 toneladas de abarrotes; 195,448 de cemento;
146,296 de paquetería, 127,146 de cerveza y 119,037 de verduras. Del estado
salieron 31,043 toneladas de papa; 29,027 de tomate, 28,673 de naranja; 22,372
de chatarra; 18,037 de envases; 15,415 de tarimas y 14,920 de chiles.
La transportación marítima de mercancías está
a cargo de empresas privadas por medio de concesiones. PEMEX, a su vez, mueve sus
combustibles.
Actualmente operan las compañías mexicanas Transportación
Marítima de California (TMC) que sólo mueve carga y Baja Ferries, que también
presta el servicio de pasaje.
El año pasado se transportaron 209,605
pasajeros en las rutas Pichilingue-Topolobampo; Pichilingue-Mazatlán; y Santa
Rosalía-Guaymas. La primera ruta es la de mayor movimiento con el 30.7 por
ciento.
López Soto informó que los cinco barcos que operan
entre el macizo continental y Baja California Sur, dos de la empresa TMC y tres
de Baja Ferries, por ahora son suficientes para abastecer el mercado
sudcaliforniano, sin embargo, la carga crece alrededor del 15 por ciento cada
año y el flujo de pasaje 10 por ciento, por lo que está abierta la posibilidad
de que ambas empresas incorporen nuevas embarcaciones o se dé opción a otras
compañías nacionales o extranjeras.
Operación de los puertos de Baja California Sur
La operación de los puertos de Baja California
Sur están a cargo del gobierno del estado a través de la Administración
Portuaria Integral, excepto el de Cabo San Lucas, dedicado al atraque de
embarcaciones turísticas, el cual es manejado por el Fondo Nacional de Fomento
al Turismo.
López Soto explicó que además de los puertos
de Pichilingue y Santa Rosalía, la API también administra los de Loreto y San
Carlos, este último localizado en el litoral del Océano Pacífico, que fue
creado para mover la carga en los tiempos de auge del Valle de Santo Domingo.
Hoy está dedicado al atraque de barcos pesqueros.
Dijo que Baja California Sur es uno de los
tres estados del país que tiene la concesión de los puertos por parte del
gobierno federal y su operación es rentable, lo que ha permitido mantenerlos, pero
también modernizarlos.
Mencionó que en 2017 se invierten 65 millones
de pesos en los puertos que administra la API: en materia de seguridad,
garantizar el arribo de mercancías y el mejoramiento de las terminales
portuarias, sus edificios, vialidades, estacionamientos, y patios de carga y
descarga.
Precisó que en la actual administración, en
Pichilingue se mejoró la terminal; se ganaron cuatro hectáreas al mar para
garantizar el crecimiento de la actividad portuaria durante los próximos 15
años; se repavimentaron vialidades interiores; y se trabaja en la ampliación y
mejoramiento de la carretera que lo une con la ciudad de La Paz.
En Santa Rosalía se construyó una escollera
de contención y una rampa de abordaje; y en Loreto oficinas administrativas de
atención al turista.
En el rubro de seguridad en el mar, mencionó
que las empresas que tienen las concesiones son profesionales, pero además hay
revisión constante de las embarcaciones y tripulación por parte de las
autoridades portuarias, y protocolos en caso de fenómenos naturales.
Dijo que la transportación marítima es la
principal vía de acceso de productos a Baja California Sur, por lo que ante la
presencia de fenómenos como los huracanes los puertos se cierran, pero son los
primeros que se reactivan pasada la emergencia para evitar el desabasto y
movilizar los cuerpos de apoyo del interior del país.
En las terminales de Pichilingue y Santa
Rosalía se ha reforzado la revisión de vehículos y personas con el uso de
tecnología, y la intervención del ejército, marina y la policía estatal, lo que
ha permitido lograr la detención de gente con órdenes de aprehensión en otros
estados.
Transporte marítimo, impacta la economía
Baja California Sur forma parte de la
península de Baja California. Su territorio está rodeado en su mayor parte por
el mar, al oeste por el Océano Pacífico y al este por el Golfo de California.
Su única conexión terrestre es hacia el norte, con el estado de Baja
California, pero lejos de los grandes centros de abasto como Tijuana, Ensenada o
Mexicali.
Es la entidad con mayor cantidad de litorales
del país con 2,131 kilómetros, 19.2 por ciento del total nacional.
Esta peculiaridad casi insular impacta en su
economía, pues las mercancías que son transportadas vía marítima cargan con ese
costo, más el recorrido que hacen por carretera de sus lugares de origen.
José López expresó que esta situación
encarece la vida de Baja California Sur, pues no es lo mismo comprar un
producto en el interior del país que en esta entidad, ya que aquí hay que pagar
el sobreprecio de la transportación marítima.
Según el secretario de Desarrollo de Baja
California Sur, Rodrigo Guerrero Rivas, Baja California Sur tiene una inflación
por arriba de la media nacional que oscila entre el uno y el uno y medio por
ciento anual.
Las tarifas para los vehículos de carga son
reguladas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, mientras que las
de atraque de barcos y arribo de pasajeros por la Administración Portuaria
Integral.
La principal naviera
La naviera Baja Ferries es la principal
transportadora de mercancías a Baja California Sur.
Cuenta con tres barcos, California Star, Cabo
Star y Baja Star, a través de los cuales, en conjunto, puede mover 7,800 metros
lineales de mercancías y 2,700 personas al día.
Su buque más grande, el California Star, el
cual cubre la ruta entre el puerto de Pichilingue y Topolobampo, tiene el único
distintivo H del país.
Es un buque construido en un astillero de
Italia, con bandera mexicana. De 186.4 metros de eslora (longitud), 25.6 de manga
(ancho), 35.3 de altura (calado aéreo), y un peso bruto de 24,418 toneladas.
En viaje de Topolobampo a La Paz, un pasajero
tarda alrededor de ocho horas en llegar, siete de travesía y una hora o más en
bajar a tierra, pues hay que esperar a que los camiones con carga lo hagan
primero.
Cuenta con cabinas y sala general para el pasaje,
y por el precio que se paga un servicio de comida.
Los servicios de televisión, bares y zonas de
descanso amenizan la travesía de casi 200 kilómetros, la cual se hace por la
noche, pues la salida del barco de Topolobampo es a las 12:00 AM.
El capitán, José Barrón Cabanillas, destacó
la tecnología de la embarcación y la preparación de los tripulantes. Mencionó
que en sus trayectos no ha tenido percances, pues el barco se revisa en forma
periódica.
En cuanto a la seguridad abordo, el segundo
oficial de cubierta, Guillermo Rafael Lugo Juárez, dijo que se garantiza con
los protocolos de emergencia, los espacios suficientes para pasajeros y
tripulación en botes y lanchas salvavidas, y equipo contra siniestros.
Los pasajeros de cabina disfrutan el viaje
con comodidad, los de sala general, no tanto, después de un tiempo sentados, en
su mayoría prefieren acostarse en el piso, para lo cual muchos van preparados
con almohadas y cobijas.
Casi al arribo, algunos viajeros se animan a
salir a cubierta a observar el espectacular amanecer de La Paz y el puerto de
Pichilingue, uno de los principales puertos de México y centro de la economía
de Baja California Sur.
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