Por Raymundo León
La Paz, BCS, 23 de diciembre.- Baja
California Sur es el cuarto lugar nacional en la generación de residuos por
persona, 1.2 kilogramos por día; sin embargo, la mayoría de sus sitios de
disposición final son tiraderos a cielo abierto, los cuales son un riesgo para
el medio ambiente y la salud de la población, informó la investigadora de la
Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), Deneb Peredo Mancilla.
Dijo que “tenemos un problema grave con los
residuos porque vemos basura tirada por todos lados, en las calles, los cauces
de los arroyos y las playas, lo cual tiene que ver con una falta de cultura
ambiental, pero también con el manejo que le dan las autoridades a la basura,
que no es el óptimo”.
Precisó que de los 33 sitios de disposición
final de residuos que hay en el estado, sólo tres son rellenos sanitarios
controlados, es decir, cumplen con el mínimo de la normatividad, por lo que el
resto son tiraderos a cielo abierto, los cuales son fuentes de contaminación
del suelo, aire y mar.
Señaló que al no contar con membranas para
evitar la filtración de líquidos, los tiraderos ponen en riesgo los acuíferos
subterráneos; además producen gases de efecto invernadero como el metano, y
ensucian los mares cuando la basura es arrastrada hacia estos por las aguas y
vientos de las tormentas y huracanes.
Puntualizó que los tiraderos también son
fuentes de enfermedades, pues son criaderos de vectores como el mosco
transmisor del dengue, el cual se reproduce en lugares donde hay acumulación de
agua.
La investigadora, especialista en producción
de energía a partir de desechos orgánicos, dijo que la tecnología permite el
aprovechamiento de los residuos, a través del reciclaje y la generación de
energía, a través del biogas que producen los orgánicos, pero en Baja
California Sur, apenas se comienzan a poner en marcha algunos programas de
separación de basura como el “reciclatón” en La Paz, que son el principio de
todo este proceso.
Señaló que los residuos son la tercera
fuente de metano, gas que junto con el dióxido de carbono (Co2) contribuyen al
cambio climático, por lo que es necesario comenzar a trabajar en la disminución
de basura, así como su separación, orgánica e inorgánica, para el reciclaje y
aprovechamiento.
Dijo que el efecto negativo del metano en la
atmósfera se puede revertir si se captura a través de plantas de biogas como
sucede en Monterrey, Nuevo León, donde este gas se utiliza para la producción
de energía, la cual alimenta el alumbrado público y el metro urbano.
Expresó que el problema no solo son los
residuos urbanos que se generan en los domicilios, sino aquellos de manejo
especial que por legislación tendrían que ser gestionados a nivel estatal como
las pilas, los lodos de plantas de tratamiento, restos de materiales de
construcción, y equipos tecnológicos que se concentran en sitios que no cuentan
con la infraestructura mínima para recibirlos.
Dijo que también se debe buscar la forma de
instalar plantas de reciclaje de residuos, y reducir el consumismo, pues hay un
incremento del volumen de basura, derivado del aumento de la población, pero
también porque la gente compra y desecha más cosas, sin pensar donde va a parar
esa basura.
Puntualizó que la “desplastificación” era
una iniciativa muy prometedora, pero llegó la pandemia de Covid-19 y no solo la
frenó, sino que detonó un mayor consumo de plásticos y desechables.
Dijo que hoy se está retomando, pero hay
otros retos como llenar los vacíos en la legislación en la materia para que los
municipios, estados y federación se hagan cargo de los residuos que les
corresponden.
“Debería ser algo más prioritario o una
propuesta de ley que no pasó este año, poder actualizar la ley estatal de
manejo de residuos sólidos que no tenemos”, indicó.






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