Desde hace varios meses en la ciudad de La Paz se inició una campaña sui generis en contra del matrimonio igualitario, es decir la unión conyugal entre personas del mismo sexo, lo que ha despertado inconformidad entre la comunidad lésbico gay y transexuales.
Es sui generes porque no se trata de una simple marcha o un pronunciamiento en la tribuna del Congreso local como la que hizo el ex diputado Sergio Barrón Pinto, por la cual fue acusado de homofóbico por decir lo menos.
Ciertamente no es un tema sencillo porque hablar de este tipo de matrimonios no sólo es la unión de dos personas y que se respete como tal, sino de la adquisición de derechos plenos como los de los matrimonios de heterosexuales, incluyendo la posibilidad de adoptar niños o niñas.
Tema polémico, sí, pero que debe ser abordado en las instancias correspondientes, precisamente en aquellas que generan y procuran leyes.
Llevarlo a las calles a través de anuncios espectaculares, carteles en los paraderos de autobús y ahora con módulos en el malecón para firmar en contra del matrimonio igualitario cae en el terreno de la intolerancia y el radicalismo. En la manipulación de la opinión pública con mensajes homofóbicos que pueden desencadenar odio y violencia contra una comunidad que permanentemente a través de la historia ha sido agredida y que por ello muchos de sus integrantes ocultan sus preferencias sexuales o llevan una doble vida.
Llama la atención además el hecho de que la campaña que se disfraza con la defensa de La Familia Natural sea promovida por el alcalde suplente de La Paz, Eduardo de la Mora, un profesionista y empresario exitoso, brillante en muchos aspectos, pero que desde mi punto de vista se equivoca al pretender imponer una idea sobre lo que debe ser el matrimonio y la familia.
Hoy mismo, el concepto de la familia tradicional con el papá, la mamá y los hijos ha sido rebasado por las circunstancias de los tiempos, donde los divorcios y los concubinatos proliferan, donde muchas familias son mantenidas por madres solteras, padres solteros, hermanos o hermanas mayores, o los abuelos.
La doble moral muchas veces hace que critiquemos este tipo de familias, pero no hay campañas en contra de ellas porque hoy se acepta que hay muchas circunstancias por las cuales una pareja no se casa o no permanece para siempre junta.
En ese sentido resulta controversial y riesgoso que se lleve a cabo una campaña abierta, descarada, en contra del matrimonio igualitario, y no sólo eso, sino en contra de los integrantes de la comunidad lésbico gay y transexuales, en lo que sí puede considerarse un abuso a la libertad de expresión que debe ser frenado por las autoridades, para que en todo caso, la discusión se realice por los cauces legales adecuados.
Hoy se sabe que ya se han dado los primeros matrimonios igualitarios en Baja California Sur con base en amparos ganados porque este tipo de uniones ya son permitidas en otras partes del país.
Lo que se discute aquí es sí el Código Civil de Baja California Sur permitirá o no los matrimonios igualitarios y con ello los cónyuges del mismo sexo podrán tener los mismos derechos que los heterosexuales, los cuales no se reducen a firmar un papel en el Registro Civil y pensar en la adopción de niños y niñas, sino a otros aspectos como herencias, pensiones y demás.
Ahora mismo hay dos denuncias, una de activistas de la comunidad lésbico gay y transexuales en contra de Eduardo de la Mora, a quien acusan de fomentar la violencia y el odio contra ellos y ellas por medio de una campaña abierta en las calles, y otra del denunciado en contra de quien resulte responsable por “atentar” contra sus anuncios.
Creo que debe caber la prudencia y ciertamente razonar el tema en el Congreso del Estado que al final es el encargado de dar el sí o el no a las modificaciones en el Código Civil. El llamado es a tiempo a fin de que no suceda un acto violento en contra de un homosexual o una lesbiana sólo por el hecho de defender lo que desde su punto de vista es un derecho, pero que hasta ahora no lo ha hecho tan abierta y consistentemente como aquel que procura la familia natural. En efecto se han manifestado en el malecón y hecho marchas, pero no han colocado carteles ni espectaculares en contra de la familia heterosexual, lo cual obviamente también sería un radicalismo absurdo.
No hay que eludir el tema, hay que tratarlo, pero en el terreno donde se discuten las leyes, y en ese sentido, el llamado sería igual a la comunidad lésbico gay y transexual a llevar la iniciativa al Congreso del Estado, en lugar de manifestarse como lo hicieron la semana pasada en la sala de sesiones en contra de la campaña de Eduardo de la Mora, que sí tiene un efecto mediático, pero poco efectivo para lo que se busca, que es una conclusión sobre el tema de los matrimonios igualitarios en Baja California Sur.
Sus comentarios al correo raymundoleon2004@yahoo.com.mx
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