Por M.C. José I. Peredo
Con la puntilla del incremento desmesurado de la gasolina el
gobierno federal viene a promover una inflación sin precedentes con la lógica e
inevitable disminución en la capacidad adquisitiva del pueblo de México, para
hacer frente a las necesidades cotidianas de sobrevivencia, las clases baja y
media ya se ven afectadas a niveles de caída en barrena, sin poder
vislumbrar una posible solución que al menos permita mantener a un mínimo un
nivel de confort.
La gasolina sube una vez más su precio,
mismo que ya ha experimentado un aumento avasallador desde el inicio de la
administración de pena nieto, hay que recordar que la recibió prácticamente a
10 pesos y hoy por hoy nos la va a recetar a 20 pesos, un 100%, no un 10 ni un
20 como se dice, no un 20 más un 7 más un 10 más un 5 más no, un 100%, la
realidad mi querido lector es que vamos de mal en pri-or.
Nuestro país tiene enormes yacimientos
petroleros suficientemente grandes para lograr que los mexicanos compráramos la
gasolina a 5.5 pesos el litro, así como lo lee usted 5.5 pesos por cada litro,
pero como se han hecho majes a lo largo de n administraciones, la infraestructura
petrolera no sólo no ha crecido sino que se ha visto criminalmente reducida,
con el pretexto de los costos de producción y la falta de recursos y
competitividad de nuestra industria.
Carlos Salinas desmanteló en un 80% la
industria petroquímica pasándola a los particulares, pero ¿cómo es que habría
dinero para afianzar, mejorar y desarrollar a la industria petrolera si a Pemex
se le exigía más del 60 % de sus ingresos para financiar al gobierno y el resto
se gastaba en operación, sueldos, prestaciones transas y las ricas y jugosas
cuotas y participaciones al sindicato petrolero?
Desafortunadamente la cosa no queda ahí mi
estimado lector, con Salinas los grandes y poderosos empresarios, todos amigos,
compadres y socios ingresaron al régimen especial de Hacienda decretado por el
ejecutivo para pagar una miseria del ISR comprendido entre el 4 y el 7 % (Juan pueblo paga hasta el 40%) dado que esas
heróicas empresas son, han sido y serán generadoras de empleos. Entonces con los
800 mil millones de pesos anuales
que no pagaron durante los últimos 30 años curiosamente habría alcanzado para
construir al menos 10 refinerías de alta calidad y rendimiento para fortalecer
la industria petroquímica y generar los combustibles que ahora si moverían a México,
pero, chin, no sólo no se hizo eso, no les cobraron impuestos, mantuvieron
altísima la carga económica a Pemex y lo que es el colmo de los colmos, con las
firmas de Fox y Zedillo, desconociendo la existencia de la isla bermeja de México
en el golfo de México, le cedieron a los gringos yacimientos petrolíferos del
mar profundo con un potencial de 200 mil millones de barriles y de eso ni
senadores, ni diputados, ni partidos políticos, o instituciones científicas
dijeron algo, nada, nada ¿así como?
Pero ya se verá que al igual que nos
hicieron con Telmex cuyo valor era de más de 30 mil millones de pesos y que fue
construida por los impuestos que pagaron varias generaciones de mexicanos que fue vendida por pingues decenas de
millones a Carlos Slim uno de los amiguísimos de Salinas, igual van a quedarse
con Pemex la cual desmantelarán en cachitos para ceder a los gringos un buen
pedazo del pastel, a fin de garantizar
que a ellos, los vende patrias y traidores no se les toque, so pena de ser
invadidos, ya que se pondría en riesgo a sus inversiones.
Para nosotros Juan pueblo, la cosa no
queda allí, sino que va mas allá, vorazmente también se quieren adueñar a la
mala de la industria eléctrica, misma que hemos construido con nuestros
impuestos, para repartirse el negocio seguramente ya tienen a los beneficiados
del sistema, pero primero hay que hacer más lucrativas las tarifas, igual que
en el caso de la gasolina y el gas, poco a poquito para que el pueblo se
acostumbre, habrá que disminuir significativamente la nómina, para hacer más
jugoso el negocio, hoy por hoy durante el actual gobierno las tarifas
eléctricas han sido modificadas n veces hasta alcanzar un aumento superior al
80%, si no me cree mi estimado lector revise sus recibos de los últimos cuatro años,
y el efecto de estos incrementos se viene en cascada afectando la estabilidad
familiar y colectiva.
Desafortunadamente este sistema de
negocios políticos también va a agandallar el suministro de agua y los
servicios de salud, educación y manejo y recolección de la basura, el uso del
suelo para la extracción de oro a costa de la ecología y más y más abusos de la
casta política mexicana. Lo que queda muy claro es que ellos han hecho hacen y
seguirán haciendo de las suyas mientras sigamos aceptando que las cosas sean
como son.
¿Podremos como nación reaccionar o seguiremos durmiendo en espera
de un milagro?
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