El gobernador Víctor Manuel Castro Cosío pondrá a consideración de la ciudadanía el destino de la Casa de Gobierno “El Caimancito”, luego de señalar que su remodelación por parte de las administraciones panistas fue un exceso y el lugar se convirtió en el privilegio de unos cuantos.
“Nosotros
no tenemos como proyecto venderlo, pero tampoco lo descartamos, que la gente
diga, opine qué destino se le da al Caimancito”, expresó.
Recordó
que en el lugar se quiso hacer un acuario (en el periodo del gobernador Leonel
Cota Montaño, 1999-2005), pero el proyecto no funcionó.
Más
adelante las administraciones de Marcos Covarrubias y Carlos Mendoza lo
remodelaron y amueblaron, pero “se pasaron”, pues el inmueble cuenta con ocho
habitaciones de lujo.
Reconoció
que la Casa de Gobierno “El Caimancito” es un símbolo de los sudcalifornianos,
pero vale la pena hacer un análisis sereno sobre su destino.
Invitó
a los periodistas a hacer un recorrido por la residencia construida en la playa
de “El Caimancito”, de donde se deriva su nombre, para que se formen un
criterio de los excesos que se dieron y ayuden en el análisis y consulta a la
ciudadanía para darle un buen destino, es decir, si se vende y se entregan los
recursos a salud y educación o se usa en otra cosa.
La
Casa de Gobierno “El Caimancito” fue construida a finales de los años cuarenta,
a petición del entonces jefe político del territorio de Baja California Sur,
Agustín Olachea Avilés, como casa de descanso para los presidentes de la
República.
El
inmueble fue inaugurado por el presidente Miguel Alemán y aunque en principio
se usó con el propósito original, a partir de 1958 fue residencia de varios
jefes políticos del territorio y gobernadores de Baja California Sur.
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