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Antonio Avilés Rocha, director general de la Exportadora de Sal |
Texto Raymundo León/fotos Lidia Campos
Guerrero Negro, BCS.- La
empresa salinera más grande del mundo, la paraestatal Exportadora de Sal, S.A.
de C.V. (ESSA), fue sometida a un proceso de deterioro financiero y
“chatarrización”, sobre todo en el sexenio de Enrique Peña Nieto, para poder
privatizarla, afirmó su director general, Antonio Avilés Rocha.
A casi un año de haber asumido el cargo, el directivo dijo que
no tiene pruebas, pero tampoco dudas de que querían privatizar la empresa
porque la dejaron caer como lo hicieron con muchas paraestatales a partir del
gobierno de Carlos Salinas, a fin de vulgarizarlas y venderlas a bajo costo.
Entrevistado en las oficinas de
la Exportadora de Sal, localizada en la comunidad de Guerrero Negro, al sur del
paralelo 28 norte que divide los estados de Baja California y Baja California
Sur, Avilés Rocha expresó que recibió una empresa con un “enjambre de
problemas, desatendida, en condiciones delicadas, por lo que se le dio terapia
intensiva y hoy se encuentra en cuarto, todavía en el hospital, pero con
muestras de recuperación”.
Señaló que el deterioro de la
empresa comenzó hace unos 15 años, posiblemente en el periodo de Herminio
Blanco como secretario de Economía, pero la peor época fue la del gobierno de Enrique
Peña Nieto, cuando se descuidaron las instalaciones y no hubo interés por el
papel de ESSA en el mercado internacional de la sal, lo cual creo confusión e
incertidumbre entre los trabajadores.
Dijo que la instrucción del
presidente Andrés Manuel López Obrador a todos sus colaboradores, es que hay
que quejarse poco y trabajar mucho; no tener pleitos, pero no sacarle la vuelta
a los que son inevitables.
Mencionó que ESSA, propiedad
51 por ciento del gobierno federal y 49 por ciento del consorcio japonés
Mitsubishi, produce el 75 por ciento de la sal de México, 7 millones de
toneladas cada año, por lo que no tienen que pelearse con el mercado interno,
sino mantenerse en el mercado internacional.
Expresó que se dieron a la tarea de reinstalar las condiciones de
respeto y fraternidad con sus socios y el sindicato salinero, así como aplicar
los principios de austeridad y cero corrupción.
Aseveró que les dejaron un
cochinero, pero con el apoyo de los trabajadores y algunas inversiones, la
Exportadora de Sal podrá salir adelante.
Mencionó que prácticamente
está listo un crédito de 28 millones de dólares para invertir en el sistema de
bombeo para la inundación de los salitrales y una nueva planta lavadora de sal.
Precisó que la salinera cuenta
con 33 mil hectáreas, 30 mil de inundación y 3 mil de cristalización, por lo
que actualmente cuentan con 55 bombas de
agua, pero requieren 128.
Señaló que los muelles del
puerto de altura El Morro, en la Isla de Cedros, ubicada a 100 kilómetros de
las costas de Guerrero Negro, desde donde se transporta la sal a distintas
partes del mundo por medio de barcos con capacidad hasta 180 mil toneladas,
también requieren atención, “pues si se nos cae un muelle, estamos muertos”.
En materia de
comercialización, explicó que a partir del año pasado ESSA ya puede vender sal,
pues antes solo podía hacerlo Mitsubishi debido a un contrato de exclusividad
que se firmó cuando el gobierno mexicano nacionalizó parte de las acciones de
la empresa en 1976.
Comentó que otro logro fue la
mejora en el precio de venta de la sal, al pasar de 14.50 dólares la tonelada
en 2107 a 18.50 en 2018 y 19.20 en 2020, con lo que apenas alcanzará el costo que tenía en 2009.
Antonio Avilés precisó que
este año se producirá la misma cantidad de sal que en 2018, 7 millones de
toneladas, pero la meta de su gestión es llegar a los 12 millones.
“Nuestro objetivo es mejorar
los procesos y las finanzas para tener más inversiones, estar en mejores
condiciones para producir más a menores costos”, puntualizó.
En el tema laboral, destacó el
papel de los trabajadores, a los que calificó como los mejores salineros del
mundo y el principal activo de la empresa.
Dijo que este año no se
despidió a nadie, por lo que mantienen su empleo mil 400 trabajadores, mil 200
de ellos con base sindical.
Mencionó que como parte del
deterioro de ESSA, las fuertes aportaciones al fisco y algunos presumibles actos
de corrupción, no se dieron utilidades a los empleados en 2017 y 2018, pero
este año sí les fueron entregadas.
Avilés Rocha informó que la
sal se utiliza en unos 1,300 procesos industriales para la creación de diversos
materiales plásticos y químicos, destacando que el 60 por ciento de la armadura
de un automóvil proviene de este mineral, pero es muy difícil darle valor
agregado en Guerrero Negro, debido a la escasez de agua potable.
Mencionó que uno de sus
principales clientes en Taiwan, que utiliza sal para producir cloro, cuenta con
12 mil empleados, por lo que resulta muy complicado pensar en una planta
transformadora de ese tamaño en Baja California Sur.
El directivo puntualizó que
durante los 65 años de existencia de la salinera se han producido 317 millones
de toneladas de sal y se han cargado 5 mil 930 barcos hacia diversas partes del
mundo.
Puntualizó que la empresa “no
se va a privatizar” y todo lo contrario, se va a fortalecer para lograr las 12
millones de toneladas métricas anuales en este sexenio.
En el marco de la entrevista
al director de la empresa salinera, la
empresa rindió homenaje a 65 trabajadores de las plantas de Guerrero Negro e Isla
de Cedros que cumplieron 20, 25, 30, 35, 40 y 45 años de labores.
En la ceremonia, Avilés Rocha
reconoció la actitud del sindicato por mantenerse en pie de lucha ante el
riesgo de la privatización, recordando que en gira de campaña el entonces
candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador pidió al líder sindical de
ESSA, Luis Martín Pérez Murrieta, que aguantara, que ya iban a llegar.
El dirigente de los
trabajadores expresó que 2019 fue un año difícil porque necesitaban tener
certidumbre y esa llegó con la nueva administración porque la empresa comenzó a
levantar.
En su mensaje a los empleados que
recibieron el reconocimiento expresó que 20 años se dicen fácil, pero no es así
debido a la situación geográfica de la salinera; no obstante destacó las
prestaciones que reciben, las cuales se equiparan a la de otros sindicatos más
grandes como el de PEMEX, CFE y el IMSS.
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