Conoce la hipótesis que el investigador del Cibnor, Javier Caraveo, ha planteado desde hace más de 20 años
Raymundo León/El Sudcaliforniano
La Paz, Baja California Sur.- Hasta ahora se tiene la idea de que las
ballenas grises viajan desde las aguas del norte del continente americano a las
aguas de Baja California Sur, para reproducirse en condiciones abióticas (factores inertes) adecuadas.
Sin embargo, hay una hipótesis que plantea que un propósito del
recorrido es también la búsqueda de un nutriente esencial para estas ballenas,
especial para las madres y sus crías.
El doctor Javier Caraveo Patiño, investigador del Centro de
Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), adscrito al programa de
Planeación Ambiental y Conservación, explicó, que su línea de investigación
está ligada a la alimentación de las ballenas, y trata de demostrar que vienen
a México a buscar un alimento que no encuentran en cantidades suficientes en el
Ártico, ni a lo largo de su corredor migratorio.
Expuso que la información derivada de la piel de las madres y crías
colectada en Laguna Ojo de Liebre, revelaron que no todas las madres estuvieron
en el Ártico. Setenta días antes de viajar a aguas de Baja California Sur,
estuvieron en Isla Vancouver, Canadá, y de ahí viajaron a dónde la mayoría de
las ballenas han encontrado un nutriente denominado ARA (ácido araquidónico),
de la familia Omega 6, que en combinación con otro de la familia Omega 3, el
DHA (ácido docosahexaenoico), terminan de formar el cerebro de sus crías.
Todas las ballenas al final de la gestación, acumulan en la capa de
grasa grandes reservas de ácidos grasos Omega 3 y limitadas cantidades de Omega
6 o ARA.
“El cerebro de cualquier mamífero está constituido principalmente de
DHA y ARA. Ambos nutrientes son igualmente importantes para el humano y la
ballena gris al final de la gestación; por ello en la actualidad la leche
materna y algunas fórmulas de leche para bebés incluyen los dos nutrientes
esenciales”.
Puntualizó que para el humano el ácido graso que es limitante al final
de la gestación y el inicio de la lactancia es el Omega 3, mientras que para la
ballena gris es el Omega 6”.
Agregó que “cuando nosotros empezamos a estudiar la bioquímica
nutricional del movimiento migratorio de la ballena gris y comparamos todas las
presas desde el mar de Bering hasta México, encontramos evidencia que sugiere
que el nutriente que vienen a buscar no es tanto el Omega 3, sino el Omega 6”.
Precisó que en la parte final de la gestación de los mamíferos se
comienza a desarrollar el sistema nervioso central, y ahí es cuando el feto
demanda este tipo de nutrientes, pero como el omega 6 no está en su capa de grasa
tienen que buscarlo como un suplemento nutricional en su dieta, en este caso,
en alimentos que solo se encuentran en las aguas mexicanas.
Puntualizó que este nutriente especial se encuentra en el fondo del
mar, “en los pastos marinos de las lagunas mexicanas de reproducción, donde
encuentran pequeños crustáceos llamados anfipodos, y gusanos segmentados
llamados poliquetos, estos últimos asociados a los fondos arenosos”.
Explicó que todas las ballenas requieren en su dieta grandes cantidades
de Omega 6 o ARA, pero mucho más las hembras que están al final de su gestación
e inicio de la lactancia, ya que sus crías tienen grandes necesidades de este
nutriente, el cual es importante para el correcto desarrollo de su sistema
nervioso central, para el hígado y otros tejidos.
Eso explicaría por qué estos gigantes viajan miles de kilómetros desde
el Mar de Bering y de Vancuver a las lagunas costeras de Baja California Sur.
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