La diputada Lorena Marbella González Díaz propuso un punto de acuerdo para que el Gobierno del Estado implemente políticas públicas y programas dirigidos a la readaptación de los menores, del personal de salud, de las mujeres y del resto de las personas en el ámbito social y que la Secretaría de Salud, a través de la Red Estatal de Salud Mental (RESMA), brinde los servicios de atención de salud física y mental de forma integrada, que el porcentaje de gasto asignado a los servicios de salud mental sean proporcional al porcentaje de su carga atribuible.
Así mismo, a
reforzar el cuidado integral de la salud de los sudcalifornianos, teniendo en
consideración de que el bienestar emocional es determinante para mejorar la
calidad de vida de las personas, pero también con la certidumbre de que el
aislamiento social por esta circunstancia de salud puede generar alteraciones
emocionales y/o acentuar patologías psicológicas diversas.
Afirmó que pesar
de que la Ley General de Salud establece a la salud mental como uno de los
derechos elementales en nuestro país, aún hay fisuras importantes que
imposibilitan a la ciudadanía la posibilidad a servicios públicos de calidad.
El 10 de octubre
se conmemora el día mundial de la salud mental, por lo que consideró que no
bastan recomendaciones para fortalecer el cuidado integral de su salud mental,
sino generar políticas públicas enfocadas a la atención prioritaria de este
tema.
Apuntó que el
nuevo coronavirus se ha transformado en una advertencia para la salud mental de
la ciudadanía en confinamiento al igual que de los trabajadores de la salud,
por lo que de manera urgente y prioritaria se deben generar verdaderas
políticas públicas, administrativas y legislativas que nos posibiliten
transformar la manera en la que nos aproximemos a la salud mental, de ahí la
importancia de que existan leyes específicas en esta materia.
Aseguró que no
solo es la población en general sino que, derivado a la fuerte demanda de
servicios públicos por la angustia frente a los posibles contagios del
coronavirus o de transmitirlo a otros, sumado al estigma y los ataques que
pueden padecer por sus actividades, el personal de salud puede exteriorizar en
un corto plazo, precipitación por trastornos de ansiedad generalizada, síntomas
depresivos reacción aguda al estrés, desgaste profesional crisis emocionales,
así como dependencia de tabaco, alcohol, y de posibles sustancias psicoactivas,
llegando a mediano y largo plazo a trastornos por estrés postraumático, fatiga
por compasión, el duelo y pensamientos suicidas.
“Nuestros
profesionales de la salud se dedican a promover la prevención y atención de
enfermedades en nuestro Estado, es por ello que es elemental colaborar para
mejorar su bienestar por ello, es de suma importancia que la protección, la
promoción y la rehabilitación integral de la salud mental sean preocupaciones
vitales de las personas, las comunidades y las sociedades”, concluyó.
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